Ya no aguanto más reminiscencias podridas
ni visiones quemantes del pasado.
Ya no más pornografía barata y sangrante
desmenuzando a mordidas maltrechos músculos internos.
Ya no más voces de un romance
salido del limbo no nato.
Ya no más ira ni recuerdos
por lo no sucedido.
Por seguir siendo un vil producto, un aborto situacional.
De lo destrozado.
Del choque entre cuerpos.
De cuando te pasaste el semaforo en rojo,
miraste a mis ojos, viste el terror y no quisiste frenar.
Gritos. Lagrimas. Cosas hechas añicos hirientes.
Metralla organica surcando el aire.

...y nos convertimos en humo, metal, sangre y costillas retorcidas,
ya entrelazados, indisolubles, amorfos.

Comentarios

Entradas populares