La historia de las viboras flecha.

Comenzaré este texto hablando sobre los elefantes y las piedras. Casi siempre los cuentos para niños comienzan mas o menos de esta misma manera, al menos los que mi padre se inventaba por las noches para que yo me quedara dormido cuando le pedía que me contara o me leyera un cuento de esos que tenía en su cuarto y que yo no podía leer de corrido para entretenerme. Supongo que siempre elegía yo libros demasiado voluminosos, puesto que al correr los años y revisitando los cuentos que alguna vez me leyó mi padre, me di cuenta de que eran muchísimo mas sesudos y muchísimo menos breves que los yo que escuchaba por las noches. Había por ejemplo uno llamado El mono desnudo de un tal Desmond Morris, o Gog, de Papinni, que terminaron siendo sendas fabulas sobre hormiguitas trabajadoras y víboras flecha que mi padre vio en uno de sus muchísimos viajes por el territorio de este aún lindo país. Me contó sobre coyotes atrapados por la imprudencia y la intervención humana en un ambiente que ya no era mas el que su especie acostumbraba, cercada ahora por las rejas invisibles que los hombres tejemos, electrificadas con smog, automóviles, depredación, sinsentido.
La parte que él narraba solo incluía al coyote y la trampa, puesto que el progreso estaba muy arraigado en los mexicanos de la generación de mi padre como ausencia de respuesta al hipiosismo y anti hipiosismo norteamericano, y eso es precisamente lo mejor de la cultura mexicana: cuando nos desligamos del aburrido y tendencioso juego gringo del bueno y el malo, el hippie y el cocainomano ochenteno… etc.
Es como aquello que Ashley Wood (esplendido ilustrador) hizo con el diseño de la nueva Tank Girl, dibujada por él y escrita por Alan Martin, escritor original de la serie: La vistió a ella con un traje sastre y, a su novio canguro perro conejo mutante con… no estoy seguro, pero se podría decir que con una actitud muy a la Michael Madsen, lo cual es hasta cierto punto agradable… quizá por la familiaridad del asunto.
Tank girl es un personaje que se ha vendido popularmente como un icono subversivo, desmadroso, cool, femenino aunque no feminista, personaje autentico y antiheróico, pero el diseño anterior de la chica del tanque simplemente no podía ser repetido por Wood en una nueva versión, en parte por respeto a Jaime Hewlett (en toda la extensión de la palabra respeto) y en parte porque la moda ha cambiado y la moda es diseño. Si antes la tank girl usaba colores chillantes, gogles, banderas, rodilleras, guantes, maquillaje y demás parafernalia obviamente innecesaria que solo funcionaba para llamar mas aun la atención y caer mal a la gente. O algo así. No estoy seguro de sus motivos, principalmente porque se trata de un personaje ficticio. Aún así la teoría de Word es buena: la mejor forma de vestirse anárquicamente en estos tiempos es el pasar desapercibido. El vestirse “normal”.
Venga, no estoy diciendo que todos nos tengamos que vestir con camisas polo, o comprar todo en Ferrioni, Edoardos o alguno de esos lugares aburridísimos y ñoños. Eso no es normalidad. Eso es pendejez. Tampoco creo que uno tenga que vestirse en plaza pop, o Soho… ni siquiera en Urban Outfitters. O fabricarse sus propias ropitas. Cualquier posición como deber, de la índole que este sea, cualquier ropa que se dedique a demostrar posiciones ideológicas me parece estupida y fascista. No ondees una bandera si no vas a salir a la guerra.

Si algo me gusta de esta vida es la casualidad que contiene y como ella misma deviene. Puede que mi gusto tenga que ver con que suelo mantener un confortable bajo perfil que no puedo sentir forzado en ningún momento, disfrutando mis momentos de lucidez tanto como los de extrema imbecilidad, pero aún siendo así, defiendo las gracias del Tao que me mantiene en el cauce de algo que terminará como sea en mar abierto.

Tienes una linda personalidad y es única. Pero ¿por qué demonios las identidades tienden a ligarse mas con lo colectivo que con lo individual? Porque eres un imbecil.

O yo soy un huevón y trato de justificar con filosofías orientales mi convicción acerca del minimo esfuerzo funcional.

Dije que comenzaría hablando de Elefantes y piedras. En realidad, lo sigo haciendo.

Comentarios

drfloyd dijo…
pensé en eso de que aunque la mona se vista de seda.........
y también me dio por acordarme de mis jeans rajados y el cambio que dimos a la ropa en alguna vuelta a la esquina sin darnos cuenta. Tan "piola" que eso nos demostro que solo son pendejadas.
Pensé en Mike Patton vestido de traje y gritando tirado en el suelo.
Debra Figueroa dijo…
piedras y elfantes; qué bien..

yo pensé en un oso hermafrodita con tacones verdes y paraguas morado..

¿piola? jajaja
hezkedan dijo…
Larga vida al señor Patton.

... quien es en el fondo un oso hermafrodita con tacones verdes y paraguas morado. Pero como los colores implican mucha atencióm, mejor se enfoca en llamarla de otras formas
OldBoy dijo…
Voy a contratarte al Patton para tu cumpleaños,.,. o ya de perdis al Costel,., al cabo que ese sí es "cantante".,,,. joojjojo
NOCOOL dijo…
Mientras no le aprieten los tacones verdes...
NOCOOL dijo…
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